Desde hace ya unos años, una de las actividades más bonitas y peculiares de la ciudad, es el mercadillo de arte que se viene celebrando los domingos en la plaza del Museo de Bellas Artes de Sevilla, también conocida como “plaza del museo”.
Pasear un domingo por la mañana por esta bonita plaza se ha convertido en una actividad apasionante y en uno de los mejores planes para estos días en los que casi todo está cerrado.
La plaza, presidida por la estatua de Murillo, se llena de artistas que exponen sus obras a la vista de todos. Podemos encontrar muy diferentes estilos. Pintores jóvenes y viejos, obras clásicas y contemporáneas, naturalistas y abstractas, de gran formato o de pequeño.
Los precios también varían pero no esperemos que por estar en la calle los cuadros tengan precio de mercadillo. Los pintores que aquí se exponen son profesionales, por lo que sus obras tienen un precio equivalente a sus características.
Son muchas las personas que se acercan todas las mañanas a ver las novedades: desde coleccionistas sevillanos, turistas en busca de un recuerdo o simplemente gente paseando disfrutando de una bonita mañana y curioseando entre las pinturas.
Más de una vez he estado tentada de comprar algo, en especial me encantan las pinturas de una chica joven que pinta antiguos coches seiscientos o bicis a acuarela.
Pero como decía, hay para todos los gustos, y como no, hay ciertos pintores que me horrorizan. Pero en eso consiste el juego. Una se levanta el domingo por la mañana, se pega un buen desayuno en uno de los cafés cercanos al museo, se da una vueltecita, por qué no, para contemplar las pinturas de nuestro Bellas Artes, y a la salida, un paseo por la plaza mirando, criticando y pensando donde colgaría esa bonita pintura que tanto le gusta.
Pasear un domingo por la mañana por esta bonita plaza se ha convertido en una actividad apasionante y en uno de los mejores planes para estos días en los que casi todo está cerrado.
La plaza, presidida por la estatua de Murillo, se llena de artistas que exponen sus obras a la vista de todos. Podemos encontrar muy diferentes estilos. Pintores jóvenes y viejos, obras clásicas y contemporáneas, naturalistas y abstractas, de gran formato o de pequeño.
Los precios también varían pero no esperemos que por estar en la calle los cuadros tengan precio de mercadillo. Los pintores que aquí se exponen son profesionales, por lo que sus obras tienen un precio equivalente a sus características.
Son muchas las personas que se acercan todas las mañanas a ver las novedades: desde coleccionistas sevillanos, turistas en busca de un recuerdo o simplemente gente paseando disfrutando de una bonita mañana y curioseando entre las pinturas.
Más de una vez he estado tentada de comprar algo, en especial me encantan las pinturas de una chica joven que pinta antiguos coches seiscientos o bicis a acuarela.
Pero como decía, hay para todos los gustos, y como no, hay ciertos pintores que me horrorizan. Pero en eso consiste el juego. Una se levanta el domingo por la mañana, se pega un buen desayuno en uno de los cafés cercanos al museo, se da una vueltecita, por qué no, para contemplar las pinturas de nuestro Bellas Artes, y a la salida, un paseo por la plaza mirando, criticando y pensando donde colgaría esa bonita pintura que tanto le gusta.
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